Muere un poco mi vida, cuando alguien muere a mi lado. Y ahora, mientras agonizas alejado de mi presencia; voy muriendo en la lejanía, en el silencio, en la distancia, en el recuento de los momentos perdidos y en la frustración de lo imposible.
¡Cuántos errores, en momentos tan breves!
Palabras, pensamientos, interpretaciones, intenciones, silencios... Mezclas reales y ficticias, alquimias que parecieron imposibles, estados incompatibles.
Incompatible tu dúo con mis actos, tus deseos con mis obras, tus proyectos con mis presentes.
Ya no queda tiempo, ya no queda lugar. Ya, es imposible. Imposible es demasiado.
Volvería a tu lejana cercanía, a tu pasividad activa, a tu generosidad oculta. Volvería a girar en la velocidad de tu vida, a bañarme en las mismas aguas, a desfilar en el mismo funeral. Ya, es imposible. Imposible es demasiado.
Demasiado difícil volver, demasiado difícil recuperar, demasiado difícil repetir vida.
Mientras agonizas alejado de mi presencia, mientras agonizas alejado de mi recuerdo, yo muero un poco contigo: inútil muerte, imposible vida.