domingo, 28 de diciembre de 2008
Colores.
lunes, 22 de diciembre de 2008
Una chispa.
Cuánto nos cuesta valorar lo que tenemos y con qué facilidad sufrimos por lo que nos falta. Qué pronto nos acostumbramos cuando nuestra situación mejora y qué poco hace falta para que nos sintamos mal. Lo que tenemos es lo habitual y lo habitual es lo justo, lo normal, lo que tenemos que tener, lo que nos tiene que suceder. Si mejoramos en nuestra situación laboral, económica, social o afectiva la alegría y felicidad inicial, en poco tiempo, pasa a constituirse en habitual: ya no la valoramos ni nos causa una especial satisfacción. Sólo nos volveremos a acordar de esa mejora si la perdemos.
Al menos tenemos el ya tópico día en el que nos acordamos de la salud –el día de la lotería-, pero quizá convendría buscar o inventar más días o momentos que nos ayudaran a valorar todo lo bueno que disfrutamos y que normalmente tenemos olvidado. Sin tópicos, podríamos buscar un momento para recrearnos en la suerte que tenemos al convivir con nuestra pareja, al tener a nuestros hijos o a nuestros padres, a poder disfrutar de nuestros amigos o de algún tiempo ocupado en nuestro hobby. Podríamos recrearnos en la suerte que tenemos al tener acceso a la seguridad social, a la educación, a que nos paguen cuando estamos de vacaciones o enfermos; incluso a que si la crisis ha llegado a nuestras casas, tengamos derecho a cobrar prestaciones por desempleo...
Es verdad que unas situaciones son más complicadas que otras, es verdad que algunos momentos son muy duros, es verdad que en ocasiones nos resulta imposible descubrir aspectos positivos. Pero no es menos verdad que con frecuencia nos cuesta valorar en su justa medida lo que ya sin darnos cuenta poseemos; no es menos verdad que tendemos a enterrar bajo alguna carencia, algún deseo o alguna situación pasajera, otros aspectos más importantes que ya disfrutamos. Desde la fragilidad de nuestros privilegios y desde las carencias que todos de alguna forma tenemos, “perder” algunos momentos rebuscando esa suerte olvidada y oculta nos hará un poco más felices.
Para muchos las navidades son una mezcla de celebraciones y recuerdos, de reencuentros y de ausencias, de reuniones y de soledades, de villancicos y de silencios. Para muchos las navidades son unas fechas de melancolía. Quizá, sea inevitable.Noches sin dormir.
sábado, 20 de diciembre de 2008
Espacio en blanco.
martes, 16 de diciembre de 2008
Espiral.
jueves, 11 de diciembre de 2008
Naufragar
miércoles, 10 de diciembre de 2008
Eres cruel.
Por mucho que te pese eres un poco mía, mía en la medida que tus palabras son una parte de ti. Mía, en la medida que tus sentimientos formaron parte de mi vida.
Es verdad que prescindimos de estéticas, de belleza, de edad, de identidad, incluso de genética. Es verdad que comenzamos por dónde acababa el resto ¿quizá por eso acabamos tan pronto?. Es verdad que comenzamos tonteando con el juego y la mentira. Es verdad que nunca llegué a conocerte lo suficiente y que tú nunca llegaste a captar correctamente el sentido de mis palabras. Es verdad que siempre me desconcertaste y que ante cada respuesta me invadía la incertidumbre. Es verdad que caíste de repente de tu ingenuidad al rechazo, quizá a la decepción o al odio. Es verdad que todavía, cuando por casualidad escucho tus escasos versos, comprendo una parte de la existencia que hasta entonces había permanecido oculta.
lunes, 8 de diciembre de 2008
Persona o personaje.
Llámame cobarde.
Necesito reposar sin prisas, amar y sentirme amado, ofuscar mis prejuicios y mis juicios para lanzarme al abismo de lo imprevisible, de lo inesperado. Necesito sentirme vivo, necesito esa vida que no pesa, que no hay que arrastrar; la vida que no se encierra en palabras, que sólo se vive más allá de todos los conceptos.
Necesito unos brazos sobre los que reposar las ilusiones comunes, la ilusión de sentirnos, de vernos, de palparnos; de permanecer siempre unidos sin nada más que nuestra presencia.
domingo, 7 de diciembre de 2008
Aquí y ahora.
Tengo la mala costumbre de renegar de mi presente, de no responder de mis decisiones y de sufrir día tras día por lo que perdí en no que se puerta que deje cerrada.
Mientras tanto pierdo el aquí y el ahora entre lamentaciones, buscando mundos perdidos, lugares imposibles, retornos imaginarios.
Mientras tanto voy perdiendo lo poco que tengo, mi pequeña vida. Pequeña, fracasada, anodina, insatisfactoria, pero mía.
Al mismo tiempo, os voy perdiendo a todos. Huraño, ensimismado, cerrado sobre mí mismo... voy dejando por el camino todo lo que llevaba puesto: tu amor, tu amistad, tu compresión y tu paciencia.
Encerrado en mi casa
Ésta es mi casa aquí sucedo,
aquí me engaño inmensamente.
Ésta es mi casa detenida en el tiempo.
Llega el otoño y me defiende,
la primavera y me condena.
Tengo millones de huéspedes
que ríen y comen,
copulan y duermen,
juegan y piensan,
millones de huéspedes que se aburren y tienen pesadillas y ataques de nervios.
No cabe duda.
Ésta es mi casa.
Todos los perros y campanarios asan frente a ella.
Pero a mi casa la azotan los rayos
y un día se va a partir en dos.
Y yo no sabré dónde guarecerme
porque todas las puertas
dan afuera del mundo."
Mario Benedetti
Dionisio
Puertas cerradas
En tus besos
Enamorado del pasado,
del futuro,
de mis imágenes,
de los sueños,
de las posibilidades,
de mi memoria,
de mis engaños,
de mis falsos recuerdos.
De tus susurros,
de tus abrazos,
de tus sonrisas,
de tus desvelos,
de tus besos,
de nuestros viajes,
de nuestra paz,
de nuestros versos.
Moriré frustrado,
moriré loco,
moriré contra el tiempo.
Moriré indeciso,
moriré esperando,
moriré, sin ser algo.
Quizá ni muera
será imposible...ya estaba muerto.
Muero
sin puertas ni luces.
Lucho callado y oculto
para ser un algo, un alguien.
Amorfo,
impreciso,
eterno retorno imposible
vuelta indefinida de lo mismo
preso sin presidio
amo o esclavo.
Muero encerrado en un pecho
atisbo al final un resquicio,
tengo miedo...
no soy nada, no soy nadie.
Palabra sin escucha,
forma sin materia,
eterno retorno imposible
explosión sin espacio
muerte sin existencia.
Estoy solo,
encerrado en lo extraño
imaginando el vacío
coqueteando con el ridículo
¡quiero ser alguien!
¡quiero ser algo!
Cobarde,
perdido,
tonto.
No tengo el tiempo,
no tengo mundo,
no tengo oídos,
no tengo manos.
Tengo silencio,
tengo pasado,
tengo proyectos,...no tengo espacio.