domingo, 1 de marzo de 2009

Tarde

Tarde, muy tarde.
Tarde para encontrar la causa. Tarde para volver al principio. Tarde para buscar los errores. Tarde para saber, en dónde dejé el camino.
Me equivoqué y no sé cuando. Me perdí y no hay motivo. Te olvidaría para siempre -si pudiera volver- en lugar de haberme ido.
Encontré algunos tiempos en un cuaderno perdido. Vi allí mis juegos, mis llantos, mis soledades y mis amigos. 
Vi la vida puesta, en la masa muerta de un libro. Sólo quedaba eso. Yo, desaparecido.
Ahora oigo tus gritos, tus desplantes, tus reproches... me arrepiento de haberte tenido. Si pudiera volver, volvería. Si pudiera olvidar, no dudaría. Si pudiera quedarme sólo...
Contra la opinión dominante, contra el borrego del rebaño, contra el miedo a reconocer lo evidente, contra lo políticamente correcto, contra lo irremediable, contra vivir lo que estoy viviendo.
Ahora vendrás como si nada. Con tus órdenes y tu cabeza alta. Me exigirás cada segundo y me culparás de tus andanzas. 
Tarde para volver al cruce en el que te elegí, tarde para volver al cruce en el que perdí mi destino. Tarde para comenzar nada nuevo, atado a tu despotismo. Tarde para hacerme el valiente, sin saber en dónde agarrar el hilo. Ese hilo que me muestre, por dónde está el mejor camino.

3 comentarios:

tali dijo...

qué miedo... a que sea tarde... tarde para volver a empezar, para aprender a querer de otra manera, para comprometerme, para darme de nuevo...

Luisa Arellano dijo...

Nunca es tarde para intentar todo de nuevo. Nunca.

Me gusta la forma en que describes esa desesperación ante lo que parece imposible recuperar.

Un abrazo.

HADA 31 dijo...

QUERIDO AMIGO NUNCA ES TARDE CUANDO UNO QUIERE COMENSAR OTRA VES Y SI SE NECESITA EMPEZAR DE CERO A HACERLO

TE DEJO UN FUERTE SALUDO