domingo, 22 de junio de 2014

Qué será de mi.

Imagino a los arqueólogos de dentro de mil años. Habrán cambiado sus cepillitos para limpiar huesos por artilugios impensables ahora, y sus yacimientos embarrados habrán sido sustituidos por millones de restos que en discos duros y servidores prehistóricos guardarán algo de nuestra anodina vida.
Una frase de aquí, quizá un blog completo de allá, se convertirán en un gran congreso sobre la vida cotidiana al principio del tercer milenio milenio.
Quizá entonces "el naufrago" sea una especie de Atapuerca. O seguramente mucho antes, compartiré la no vida con la nada.
Pero qué somos, qué seremos, ¿qué quedará de nosotros cuando hayamos sido olvidados?
El árbol, el libro y el hijo que según dicen tenemos que tener antes de morir, forman ese trío porque nos sobrevive, son nuestros: nuestro árbol, nuestro libro, nuestro hijo. Eso seré: sólo lo que quede y sólo mientras quede, sólo mientras tenga significado para alguien.
Por eso el tiempo, mi tiempo, sólo interrumpe su desaparición si choca, se entrelaza, forma una unidad con la materia. No es  velocidad, no es espacio y tiempo, es tiempo y materia.
Palabras. Quizá lo más etéreo de la materia, quizá lo más material de lo intangible.
No sé esculpir ni pintar, construir ni fotografiar. Sólo se quedarme en alguna palabra u otra, que verdaderas o falsas, serán si son algo -dentro de un tiempo-, yo mismo.

sábado, 3 de agosto de 2013

HOY

Hoy ha pasado el día sin nada digno que contar. 
Hoy ya no existirá nunca. Nunca tendré recuerdos de este día anodino, nunca tendrá historia, nunca quedaremos en él de forma alguna.
¡Qué pena de día!
Dejando pasar el tiempo, esperando a que acabe, quizá mañana sea de verdad la vida.
Monótono, intrascendente, aburrido.
Cansado de esperar a mañana. Como si mañana fuera a caer del cielo un no se qué, una entidad más profunda que el tiempo.

Nadie tiene la culpa. El tiempo está aquí, a mi servicio. Ni monótono, ni intrascendente, ni aburrido.
Mío.
Pero cansado de mi mismo, de esperarme a mañana, lo hago responsable.
No tengo relato: no recuerdo mi comienzo, no voy a ningún sitio, no paso por nada ni por nadie. Nunca quedaré de forma alguna, ni siquiera en mi conciencia.
No puedo dudar de que exista. Una existencia en servicios mínimos.

¿?

¿Por qué las novelas de amor acaban siempre en la boda?

jueves, 1 de agosto de 2013

A ESTAS HORAS.

Sé que no son horas. No son horas para molestarte a mitad de la noche, ni son horas para disculparme de lo que fui hace una eternidad.
No son horas, siempre a destiempo. Pero tenía necesidad.
Me dirás que menuda necesidad después de media vida. Menuda necesidad acordarme de lo ruin que fui. Pero no he necesitado acordarme, cada vez que paso mi memoria sobre lo absolutamente inaceptable recuerdo tu mano, tu risa, tu llave, tu pasión...
No te servirá de consuelo pero desde entonces, llevo pagando la culpa.

Sé que no son horas. No son horas para pedirte que me ames, ni son horas para pedirte que vengas conmigo.
Tenía necesidad de no perderme sin pedirte lo que nunca te pedí. Tenía de necesidad de ser valiente, aunque fuera con treinta años de retraso. No podía esconderme sin haberte dicho nunca que te quiero.
Juegan a mi favor mis complejos y mis miedos, verte junto a mí al mismo tiempo que considerarte inalcanzable, no saber interpretar tus gestos. Pero seguramente pesa más mi cobardía y mi recelo.

Sé que no son horas. No son horas para nada, pasa el tiempo.

jueves, 25 de abril de 2013

VOLUNTAD.

Quisiera dormir pronto, no perder por el camino el cansancio -agónico a ratos- que me sostiene.
Quisiera acostarme, pero perdí tu regazo.
Fue tan débil mi voluntad que míseras insinuaciones de más vida pudieron siempre con mis deseos .
Fue tan débil, que no pudo sostener ni el más recóndito espacio de esperanza. Murió de realidad.
Maldita voluntad, maldito poder ausente que dictaminó mi ahogamiento por verdad.
Que poco vitales son los dictámenes. Se puede morir en la guillotina, fusilado por rebelde,  por no ser un delator. Pero, morir por dictamen...
Por dictamen mueren las leyes, los leguleyos, los cobardes. Ni siquiera el auténtico hombre resucita por dictamen, lo hace por voluntad. Por ese querer de los más humanos. Ese en el que querer y ser se confunden, en el que poder ser y serlo se igualan, en el que todo es aunque ser no sea todo.
Quisiera dormir pronto porque perdí tu regazo, porque perdí mi voluntad para recuperarlo.

domingo, 17 de febrero de 2013

Otro testamento.

Te veo y no te reconozco.
Pasa el tiempo y se que tú me esperas, pero yo casi había olvidado ya tu regazo.
Estamos prácticamente solos. Prácticamente, porque de vez en cuando algún alma perdida pasa por aquí a echarnos un vistazo. Nos gusta, reconozcámoslo.
Nos gustaría incluso que intercalara alguna palabra en nuestros soliloquios, porque al fin y al cabo tú y yo somos una misma palabra aislada, perdida. No existe, nadie la escucha.
Me gustaría ser descubierto. Como en las películas los detectives descubren las infidelidades de los maridos: ¿cómo pudo semejante verborrea atraer los encantos de aquel refugio sublime? se preguntarían estupefactos los descubridores. ¿Cómo pudo alcanzar el refugio si su dislexia no le deja acercarse a la más sencilla frase de afecto?
Nadie sabe de qué es capaz tu ausencia.

Me rindo vencido por la pasiva agresividad de la impotencia. Me rindo ante un no se sabe qué que venció a mi voluntad. Me rindo ante el narciso que se alimenta de falsedades ajenas. Caigo a los pies de innumerables resortes incontrolables que despedazan mis entrañas los días que suplico una vuelta. Me muero sin morirme porque volver es imposible y lo más parecido está podrido de realidad, impuesta. No muero porque ya conocí el suicidio y fue tan largo el proceso que volví, con la cabeza bien alta para no manifestar no sé si el triunfo, la derrota o que olvidé por el camino que de pequeño mi vida ya quedó muerta.

Ni reeler quiero lo que te escribo para que no creas que me construyo para satisfacerte. Perdona los errores, comprende mis obsesiones. Recibe paciente -por favor- mis mantras de agonía... pero es tan larga y despiadada que echo en falta lo imposible para sentirme un poco, un momento, vida.

lunes, 29 de octubre de 2012

TRAIDOR

Te traicioné.
Hace meses abandoné tus cuatro paredes acogedoras en los tiempos difíciles y salté al mundo cargado de una vida que hacía mucho tiempo había dejado de vivir. Como los vecinos que se cambian de casa prometí volver de vez en cuando, yo mismo hacía planes: tal día, a tal hora. Bien sabes que nunca lo hice.
Alguna vez vi tus llamadas perdidas y solo crucé un par de frases en respuestas rápidas: si, quedamos, seguro, claro.
Me traicioné.
ser egoísta en el duelo es hasta compresible, uno pierde el norte. Bueno, el norte y el resto de los puntos cardinales. Pierde el espacio y el tiempo, el sentido de lo necesario y de lo inútil, de lo importante y de lo accesorio. Se convierte en el centro de un agujero negro que se absorbe a sí mismo y a todo lo que le rodea. Pero egoísta también en la vida, olvidando a quien tuvo la vitalidad casi infinita para ser absorbido mientras agarrándote con  fuerza te gritaba ¡aguanta!. Eso no se puede perdonar.
Sin embargo, aquí estás.
Esperando como siempre que me acerque para seguir conversando sobe esto y aquello como si el tiempo no hubiera pasado, como si fuera ayer cuando salí por esa puerta vestido de domingo con mis zapatos relucientes y dispuestos a comerme el mundo.
Me conoces, sabes que soy el mismo egoísta de siempre. Puedo engañar al resto pero tú, con sólo mirarme, ves que mis zapatos están salpicados de barro, que pongo cara de "pasaba por aquí" pero que aunque avergonzado de mí mismo, busco esas cuatro paredes protectoras que otros brujos de conjuros milagrosos no han sido capaces de construir.

domingo, 24 de junio de 2012

Recuerdos y proyectos.

No quisiera estar negativo, pero los recuerdos pesan más que los proyectos y eso es casi como estar muerto.

martes, 1 de mayo de 2012

Movimiento

De la turbia mañana, respiro esculturas. Tras sustancias negras y prohibidas, rompo la piedra del tiempo e invento máquinas imposibles de vida. Movimiento, ser lo que no soy. Para dejarlo de nuevo muerto.

lunes, 23 de abril de 2012

Una chispa

Hay horas, a veces miles de horas, en las que solo pequeñas chispas, unas pocas, construyen un refugio para poder continuar. Esto no es una declaración de amor. Es una declaración de refugio, de luz, de esa amnesia temporal sin la que me seria imposible useguir oscureciendo.

jueves, 8 de marzo de 2012

Apuntes sobre una pesadilla.

Que rápido pasa el tiempo cuando siempre te pilla dormido.
Dormir, es el sueño de los infelices. (Es la forma más perfecta de suicidio respetando el instinto de supervivencia.)
Despiertas sin saber ni dónde ni cuándo, si mañana o tarde, si noche o años. Pero despiertas.
Despertar es malo. Todo te sobra, todo te supera. Abrir los ojos es cegarlos de realidad ¡quién quiere realidad! prefiero la borrachera, estar colgado, mirar al infinito... es lo más parecido a dormir.
Me gustaron mis sueños. Ojala me duerma y comprenda entonces que solo fue un poco de realidad.

martes, 25 de octubre de 2011

No sé.

No sé por qué, cuando desaparece la nieve vuelven los rayos.
No sé por qué, duran tan poco los buenos ratos.
No sé por qué, el café me aleja de tus sueños.
No sé, por qué te hablo.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Los martes.

Los martes me levanto más temprano. Desayuno en la terraza, y mientras satisfago mi adicción a la cafeína, veo cuando sales de tu casa.

Son apenas doscientos metros que en primavera o en verano, cuando toda la materia se expande, tus rutinarios movimientos hacia la parada del autobús se suceden en cámara lenta; mientras, yo me recreo en cada uno de ellos y comienzo el martes, el día festivo de la semana.

viernes, 22 de julio de 2011

Inmovimiento

Veo tu reposo entre las luces, deslizándose inmóvil entre el tiempo,

respeto los miles de años de sonrisas, viviendo en tus huesos.

Mientras, descalabrado y tullido, me asomo.

Congelado, ni siquiera tengo envidia de esa extraña quietud que danza.

Quiero tener algo contigo, pero mis torpes y desordenados pasos,

renquean, se descalabran en cada sentimiento.

Desmembrados, ven la espalda o el rostro, que quietos y sin parar de alejarse

van dejando algunos recuerdos.

sábado, 28 de mayo de 2011

¿Por qué gente tan inteligente hace cosas tan estúpidas?

domingo, 13 de febrero de 2011

Abandono

A veces, abandonamos a nuestros hijos.
No por maldad o desidia, sino por protección.
Les abandonamos para evitarles peligrosas infecciones de apatía, desesperación o cansancio.

A veces, permanecemos instalados en la comodidad de la monotonía.
Parásitos de parejas infectadas que acaban muriendo de impotencia. Que acaban convirtiéndose en guerreros a muerte de uniones suicidas, en supervivientes cansados de sobrevivir que se debaten entre su amor o su vida.

A veces, en el punto cero de alegrías y penas; buscamos sin saber qué buscamos, esperamos sin saber qué esperamos. Sólo, en abstracto, queremos estar vivos.

sábado, 15 de enero de 2011

Los amores imposibles son los que nunca acaban.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Solo

Me he quedado solo, en aquellos tiempos en los que nos soñábamos. Me he quedado solo.
Solo de ilusión, solo de deseos, solo de fantasías. Amargado por haberte perdido hasta en la esperanza, defraudado por la realidad que nunca quise.
Luego llegará la fiera.
La que siempre increpa y nunca escucha, la que seduce mis deseos de felicidad para llevárselos consigo, la eterna insatisfecha que envenena mi vida y mis afectos.
Imperdonable muerte de la muerte, inaceptable vida sin vida, insoportable eterno retorno del mismo fraude.
Me he quedado deseándome solo. Sacrificando esa parte de eternidad que poseo, para preparar cinco segundos de una cierta paz endeble.
Ni la imagen de lo imposible me reconcilia con el fracaso de una soledad querida, perdida, temida, odiada... contradictoria.


viernes, 8 de octubre de 2010

Seguir

Nunca me gustaron los dilemas.
Nunca fui lo suficientemente valiente para cambiar, para romper, para empezar...
Seguir, es mi cruz y mi recompensa. Castigo a mi cobardía. Premio a mi habilidad para buscar escusas, plazos de espera.
Hoy no estás.
Ni te extraño ni te busco.
Ni te lloro ni te amo.
Hoy no estás y la paz está conmigo.
Temo encontrarte de nuevo en cada pasillo, en cada recoveco.
Temo escuchar tu voz imperativa y tu superior afirmación contra mi propio ser.
Nunca me gustaron los dilemas.
¿Seguirá siendo seguir, mi cruz y mi recompensa?

domingo, 26 de septiembre de 2010

Por fin

Llegó la apoteosis de nuestro último acto. Nuestro momento de fama, de parabienes. Ya somos el centro de comentarios y alabanzas. Por fin triunfamos.

Triunfamos y cerramos el telón. Acabamos la función. Ya seremos para siempre jóvenes, mayores, ejemplo para enfrentar el éxito o víctimas del sufrimiento del fin de la espectáculo.

Por fin la prensa se ocupa de nuestra vida. Seremos líderes detrás del cual desfilarán las masas. Observarán con detalle nuestra última entrada. Llegaremos a los más profundos sentimientos de nuestro público. Público que clamará nuestra vuelta, una nueva entrada imposible, un nuevo escenario para seguir mostrando nuestra desapercibida actuación. Qué vulgares somos mientras actuamos.

Todas nuestras obras acaban en una gran apoteosis final, apoteosis pronto olvidada, apoteosis que pasa al más remoto de los vulgares recuerdos.

viernes, 13 de agosto de 2010

Recuerdos

Recuerdo aquellos baños uno cerca del otro. Sin incomodarnos, pero sin llegar a tocarnos más allá de lo imprescindible.

Nos recuerdo durante la noche leyendo poemas de amor, aquellos que a los dos nos gustaban, pero a los que nunca pusimos nombre.

Todo quedó indefinido, diluido, etéreo...

Entre mi sentimiento de inferioridad y tu silencio. Entre mis fantasías y tu dejarte hacer. Entre el tiempo y la distancia.

Pasan los años y hace un siglo que eres para mí unas fotos antiguas. Te mantienes en la eterna juventud aunque a menudo imagino una vida juntos, tus arrugas y mis achaques.

Cuanto más lejos, más te añoro. Más te subo a los altares de rutas que quedaron cerradas y que seguramente, aunque vivamos mil años, nunca volverán a cruzarse.

domingo, 6 de junio de 2010

Velocidad

Cuando las noches eran casi como una vida, me daba tiempo a rehacerme antes de comenzar el día.
Cuando los lunes eran futuros de otro tiempo; podía ver el paisaje con sus colores, sus texturas, sus olores. Podía transcurrir deseando el presente, cambiando el futuro, soñando con nuevos días y nuevos lunes; todos diferentes, todos rectificados, todos cada vez más cerca de mis deseos.
Ahora; el tiempo fluye sin presente, el futuro es en un segundo pasado, los planes pasan antes de llegar a ser, el paisaje es una mancha verde o marrón indefinida y borrosa, tus momentos -tan fugaces- que nunca llegan a penetrar en mi consciente.
Ahora; los días, las semanas, los meses, los años... ya no existen. Todo es pasado antes de levantar la mirada. No tengo tiempo de soñar, ni de esperar. Sólo puedo mantenerme en pie mientras el tiempo, inestable, circula veloz bajo mi mente.

martes, 13 de abril de 2010

No sé.

No sé hasta cuando durarán los sueños que nos unen.
No sé hasta cuando tus piernas firmes soportarán el peso de mis años.
No sé hasta cuando merecerá la pena mantener esta ruptura con lo convencional.
Estoy cansado, otra vez estoy cansado y sólo el sueño me revive mientras no despierto. Despierto y deseo perder, volver, empezar... todo imposible, sólo puedo seguir.
Paso el día huyendo, huyendo de lo real y actuando en este teatro del absurdo engaño en el que te pienso. Actuando como el mejor de los actores para que no sientas mi desesperación y mi tedio.
Lo cambiaría todo, pero no sé que pediría a cambio: algún día pensé en tus besos, en volver a quererte, en volver a estar enamorado.
Mientras tanto, actúo en tu escenario. Compartimos camerino, decorados, actores secundarios... pero apenas la costumbre nos hace mantener erguido el teatro.
Nos unen los sueños, que durarán hasta no sé cuando.

jueves, 25 de marzo de 2010

Cintas de seda.

Los finales siempre son previsibles; pero los lazos que te van atando a pequeños montones de historias, son siempre inesperados.
Sigo cansado de ataduras, de cintas de seda cargadas de éxito que te despiertan cada noche ansiosas por convertirte en importante.
Como todos, camino cansado de caminar a pesar de tus vítores y de tus aplausos. Camino pesado, al caminar cargado con tus esperanzas, con la presión de tus ojos esperando mi viento para tomar tu ruta.
Y es que, las cintas de seda son siempre crueles: te estrangulan de suavidad o te ahogan en la caída. Siempre rompen el equilibrio, siempre rompen la sensatez de estar en tu lugar, en la propia vida que perpetuamente estuvo al margen de tus falsas conversaciones.
Voy a dejarte, siempre sostuviste mi ego por egoísmo. Me despreciaste mientras regabas mi orgullo, ese que me perdió entre tus páginas. Penaré, añorando las interminables noches de espera que durante años no compartimos. Pero por fin, romperé esas crueles cintas de seda que nos mantuvieron unidos.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Por siempre.

Me sorprende que sigas visitando la tumba de tu propios proyectos, que sigas trayendo flores a tus fracasos, que sigas llorando por tus propias culpas.
Me admira tu constancia, empeñado siempre en lo imposible; tu capacidad para negar lo evidente, tus comportamientos siempre previsibles.
Me entristece que no mires mis huellas, que no sueñes paisajes, que te encierres en el fracaso.
Me preocupa que vistamos de negro sin volver a reírnos, que mis reconstrucciones sean fantasías onanistas, que mis pensamientos nazcan muertos.
Siempre en el giro eterno del círculo maldito, que vuelve a comenzar cuando lo acabas, no dejando un respiro para la esperanza de que algo cambie.
Siempre viviendo en la imaginación de tus arrugas y de deseos que nunca llegan al parto.
Me estoy cansando, dejo mi vida en tus manos, dejo mi vida en caída eterna arrojando el lastre que me separa de un sueño.
Me voy, aunque repita mil veces mis pensamientos, los imposibles reinan en ideas y hechos.

sábado, 30 de enero de 2010

Posibilidad.

Me resulta insoportable este tedio inactivo de los días sin alma.
Leo tus respiraciones y me doy cuenta que estoy lejos de tu tiempo. Demasiado lejos para estar cerca.
Sin embargo, tus pensamientos son nuestros y nuestras penas compartidas. Demasiado lejos pero demasiado cerca.
Me topo con tu sonrisa morena, mientras disimulas la vergüenza de ser como yo. Sonrío sin inmutarme, me recreo sin ser visto, atisbo la satisfacción sin caer en el engaño de tu realidad.
Tan cerca y tan lejos. Tan deseado y tan imposible. Tan añorado y tan perdido.
Dedicas algunos segundos a mi vida y dedico mi vida a desearte. Loco inconsciente, preso del miedo y el rechazo, instalado en la inactividad de la prudencia. Como si la prudencia fuera el mejor camino para respirar, para no sentir el viento del loco salto al vacío de la posibilidad.

martes, 22 de diciembre de 2009

Lo que nunca hice.

No se por qué las violetas me recuerdan guitarras y el peso de tu olor junto a mis manos.
No quiero pensar por qué las manzanas verdes traen tus movimientos armoniosos junto a mi pecho.
No puedo recuperar esa luz tan pesada, que cerca de mis retinas pasó desapercibida.
Ahora, niego las palabras que surgen de tus labios. Niego las frases que me dictas desde tu inconsciencia. Me avergüenzo de sentir tu mano cuando la tristeza agrieta mis dedos.
Todo queda en aquellos momentos de arrepentimiento, de negación de lo que siempre volvía a repetirse. En aquellos momentos de vida ajena, de hechos ocultos, de sueños nunca soñados.
Arrepentido de lo que nunca hice, rememorando lo que nunca fue.
Estúpido.
Me fui por el otro lado: por el de la ceguera, el sexo, el complejo, la música fácil.
Me fui por otro lado: el lado que siempre lamento no haber tomado.
El más estúpido de los arrepentimientos, arrepentido de lo que nunca hice.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Ingerir

Qué poco poético es comer, masticarte tu futuro quizá lleno de tropezones difíciles de digerir.
Qué poco poético resulta engullir, mientras una parte del mundo te observa con una cierta repugnancia mientras destrozas tus propios fracasos como un papilla salivada que todos rechazan.
Comerte la vida con todos tus errores es una tarea difícil. Ni siquiera sabemos distinguir entre acierto o error, ni siquiera sabemos ingerir un menú degustación de momentos que nos hagan mejores.
Nos confunde la química y la física, la perspectiva y las sensaciones, la lluvia o el viento.
Ahora, momentáneamente a mi lado; compartes medias verdades, medios problemas, medias historias de lo único que tenemos allí delante. Otras, momentáneamente lejos; no vamos devorando nuestro propio dolor. Porque aunque lo disfracemos de manjares orientales, sólo nosotros podemos tragarlo.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Para pensar.

Llevo un tiempo escéptico, decepcionado, impotente.
Voy tocando aquí y allá lunas que me parecen importantes, cambio algunos rumbos, me desvelo por otros. Pero me encuentro siempre con la ya tan manida frase: "es la vida".
Estoy en esa etapa de duda, de desconcierto: no sé si estoy viendo realidades del pasado, intentando soluciones de piedra. No sé si soy incapaz de anticipar el futuro que va a construir mi miedo.
¿Estoy intentando mantener mi mundo contra los sueños en los que todavía me rechazas?
Me lamento del tiempo, de que el nuestro haya pasando. Me siento mal por tus nuevos lugares, por mi incapacidad para comprenderlos, por mi incapacidad para orientar mi vida hacia ellos. Mi vida.
Soy un lugar en el tiempo. Relativo a mis altos y a mis bajos. Perdido de vértigo incansable que me lleva todavía a tus brazos.
Ni siquiera tú lo sabes, ni siquiera sospechas en tus recuerdos que aquella noche corta y metafísica cometí el error de ser sincero.

domingo, 4 de octubre de 2009

Tu indiferencia.

No soy ajeno al paso de las letras y de los nombres. No permanezco impasible ante la sucesión de días y días en los que nadie recuerda mi sombra. No me siento tranquilo mientras intrusos advenedizos ocupan mi espacio.
Tú, guardas mi vida en un archivo cerrado. Lo ocultas, como si no fuera parte de una existencia expectante. Mientes, cuando me cuentas tus planes y tus rutas. Duermes insensible ante la espera de quien necesita un brote de luz, un espacio, un centro.
Te escribo y me niegas. Te ruego y me aplazas. Me haces promesas incumplibles para mantenerme del otro lado. De ese lado que nunca ves y que siempre tienes a tu servicio.
Quizá mañana sea otro día, o quizá mañana siga siendo ocupación y ausencia. Qué mas te da. Sólo yo esperaré las horas hasta que, después del primer minuto, despierte deseoso de encontrarme en tu mundo.

domingo, 23 de agosto de 2009

Absurdo.

El calor, el sueño y el dolor me han tenido apartado de tus encantos desde la primavera.
La apatía, el aburrimiento y la rutina me han tenido lejos de mí mismo; desde que decidí no tener tiempo para recrearme en cuestiones de apariencia.
Ahora, despierto contra natura, repaso cansino cada gesto muerto que dejé en la vida. Reconstruyo cada itinerario a la misma velocidad, al mismo ritmo, contemplando cada suspiro en su momento preciso.
Qué absurdo. He calculado que me costará toda la vida reconstruir lo que ya he vivido.
Mientras tanto, todavía me quedará algún segundo para alimentar mi ego releyendo tus cartas.
Mientras tanto, todavía me quedará algún segundo para escucharle mientras me maltrata.
Mientras tanto, entre luchas de sentidos, entre problemas de fuerzas que se alternan en la victoria; seguiré reconstruyendo a la misma velocidad, al mismo ritmo, todo lo que ya he vivido.