lunes, 8 de noviembre de 2010

Solo

Me he quedado solo, en aquellos tiempos en los que nos soñábamos. Me he quedado solo.
Solo de ilusión, solo de deseos, solo de fantasías. Amargado por haberte perdido hasta en la esperanza, defraudado por la realidad que nunca quise.
Luego llegará la fiera.
La que siempre increpa y nunca escucha, la que seduce mis deseos de felicidad para llevárselos consigo, la eterna insatisfecha que envenena mi vida y mis afectos.
Imperdonable muerte de la muerte, inaceptable vida sin vida, insoportable eterno retorno del mismo fraude.
Me he quedado deseándome solo. Sacrificando esa parte de eternidad que poseo, para preparar cinco segundos de una cierta paz endeble.
Ni la imagen de lo imposible me reconcilia con el fracaso de una soledad querida, perdida, temida, odiada... contradictoria.


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