domingo, 4 de octubre de 2009

Tu indiferencia.

No soy ajeno al paso de las letras y de los nombres. No permanezco impasible ante la sucesión de días y días en los que nadie recuerda mi sombra. No me siento tranquilo mientras intrusos advenedizos ocupan mi espacio.
Tú, guardas mi vida en un archivo cerrado. Lo ocultas, como si no fuera parte de una existencia expectante. Mientes, cuando me cuentas tus planes y tus rutas. Duermes insensible ante la espera de quien necesita un brote de luz, un espacio, un centro.
Te escribo y me niegas. Te ruego y me aplazas. Me haces promesas incumplibles para mantenerme del otro lado. De ese lado que nunca ves y que siempre tienes a tu servicio.
Quizá mañana sea otro día, o quizá mañana siga siendo ocupación y ausencia. Qué mas te da. Sólo yo esperaré las horas hasta que, después del primer minuto, despierte deseoso de encontrarme en tu mundo.

2 comentarios:

Maite Pérez-Pueyo (Maitentación) dijo...

Administración: "vuelva usted mañana". ¿Ser sólo un número? No merece la pena. Vive.

Maite Pérez-Pueyo (Maitentación) dijo...

Administración: "Vuelva usted mañana". ¿Ser sólo un número? No merece la pena. Vive.