viernes, 27 de febrero de 2009

Adios.

Muere un poco mi vida, cuando alguien muere a mi lado. Y ahora, mientras agonizas alejado de mi presencia; voy muriendo en la lejanía, en el silencio, en la distancia, en el recuento de los momentos perdidos y en la frustración de lo imposible. 
¡Cuántos errores,  en momentos tan breves!
Palabras, pensamientos, interpretaciones, intenciones, silencios... Mezclas reales y ficticias, alquimias que parecieron imposibles, estados incompatibles. 
Incompatible tu dúo con mis actos, tus deseos con mis obras, tus proyectos con mis presentes.
Ya no queda tiempo, ya no queda lugar. Ya, es imposible. Imposible es demasiado.
Volvería a tu lejana cercanía, a tu pasividad activa, a tu generosidad oculta. Volvería a girar en la velocidad de tu vida, a bañarme en las mismas aguas, a desfilar en el mismo funeral. Ya, es imposible. Imposible es demasiado.
Demasiado difícil volver, demasiado difícil recuperar, demasiado difícil repetir vida.
Mientras agonizas alejado de mi presencia, mientras agonizas alejado de mi recuerdo, yo muero un poco contigo: inútil muerte, imposible vida.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Triste realidad del hombre, que generalmente valora lo que tiene, cuando lo ha perdido...


saludos

Débora Sandoval dijo...

zi! apoyo al de arriba!
Somos humanos __valoramos algo cuando lo perdemos!
Damn! hasta los minimos detalles son IMPORTANTES!!!! excatitud en recuerdos! remordimiento x un beso un abrazo una kricia q pudo ser dada!

But..al final lo dejas ir el dolor!
y se qda en un imborrable recuerdo!
ejemple para saber valorar esta vida y a quienes habitan en ella!

zaludos!
Peace

Maite Pérez-Pueyo (Maitentación) dijo...

Me trajo hasta aquí el mensaje que encontré dentro de una botella... Me lo enviaste tú. Quiero un trocito de esta tierra.

Unknown dijo...

Un hombre sólo tiene derecho a mirar hacia a bajo para ayudar a levantarse a otro hombre. Esa cita no es mía. Y tú estás mirando hacia abajo. No hay pecado en vivir. De hecho, no existe el pecado. Sólo cosas que hicimos. Unas salen bien, otras mal. Sólo es tarde cuando uno ha muerto y sólo hay reproches no cuando salió mal, sino cuando no se hizo nada y uno se quedó con las ganas