lunes, 22 de diciembre de 2008

Una chispa.

Es famosa la magdalena de Marcel Proust que evocaba en el escritor los recuerdos de su niñez: el sabor, el aroma de las magdalenas que su tía le daba años atrás. A nosotros el turrón y los mazapanes parece que nos evocan el recuerdo de las personas que faltan, parece que las uvas nos anticipan los problemas que según nuestros cálculos padeceremos el próximo año. Y mientras evocamos la ausencia de algunos o anticipamos las dificultades que nos van a llegar; perdemos, ocultamos, enmascaramos todo lo bueno que nos está ocurriendo en este momento.

Cuánto nos cuesta valorar lo que tenemos y con qué facilidad sufrimos por lo que nos falta. Qué pronto nos acostumbramos cuando nuestra situación mejora y qué poco hace falta para que nos sintamos mal. Lo que tenemos es lo habitual y lo habitual es lo justo, lo normal, lo que tenemos que tener, lo que nos tiene que suceder. Si mejoramos en nuestra situación laboral, económica, social o afectiva la alegría y felicidad inicial, en poco tiempo, pasa a constituirse en habitual: ya no la valoramos ni nos causa una especial satisfacción. Sólo nos volveremos a acordar de esa mejora si la perdemos.

Al menos tenemos el ya tópico día en el que nos acordamos de la salud –el día de la lotería-, pero quizá convendría buscar o inventar más días o momentos que nos ayudaran a valorar todo lo bueno que disfrutamos y que normalmente tenemos olvidado. Sin tópicos, podríamos buscar un momento para recrearnos en la suerte que tenemos al convivir con nuestra pareja, al tener a nuestros hijos o a nuestros padres, a poder disfrutar de nuestros amigos o de algún tiempo ocupado en nuestro hobby. Podríamos recrearnos en la suerte que tenemos al tener acceso a la seguridad social, a la educación, a que nos paguen cuando estamos de vacaciones o enfermos; incluso a que si la crisis ha llegado a nuestras casas, tengamos derecho a cobrar prestaciones por desempleo...

Es verdad que unas situaciones son más complicadas que otras, es verdad que algunos momentos son muy duros, es verdad que en ocasiones nos resulta imposible descubrir aspectos positivos. Pero no es menos verdad que con frecuencia nos cuesta valorar en su justa medida lo que ya sin darnos cuenta poseemos; no es menos verdad que tendemos a enterrar bajo alguna carencia, algún deseo o alguna situación pasajera, otros aspectos más importantes que ya disfrutamos. Desde la fragilidad de nuestros privilegios y desde las carencias que todos de alguna forma tenemos, “perder” algunos momentos rebuscando esa suerte olvidada y oculta nos hará un poco más felices.

Para muchos las navidades son una mezcla de celebraciones y recuerdos, de reencuentros y de ausencias, de reuniones y de soledades, de villancicos y de silencios. Para muchos las navidades son unas fechas de melancolía. Quizá, sea inevitable. 

6 comentarios:

HADA 31 dijo...

Tienes toda la razon con estas reflexiones nunca estamos conformes con lo que tenemos pero en fin hacer feliz con lo que hay..
este comentario es para...........
Desearte feliz navidad que estes muy bien de salud,paz,amor,en compañia de toda tu familia y tus seres queridos son los mejores deseos de tu amiga LUNA45 haber que nos trae el 2009

lanochedemedianoche dijo...

Es así… lamentablemente el ser humano nunca está conforme, siempre hay un pero por delante para termine pensando que a él solo le pasan cosas, una reflexión que no hace pensar en tantas verdades ocultas, reflexión que ayuda a sentirse mejor, un buen regalo de navidad que Dios te acompañe.

Feliz navidad.

Unknown dijo...

Hola JJ.
Feliz Nochebuena.
Un abrazo

tali dijo...

feliz Navidad JJ, has ganado un premio, entra en mi blog a recogerlo.

A.M. Valero Lite dijo...

He leído tu blog. Todo tu blog.
Me ha llegado demasiado como para salpicarlo con comentarios breves y respuestas fútiles.
Dices tantas cosas desde el corazón y tan desnudamente, que no me atrevo.
Pero cómo te entiendo, compañero!...
Lo leo desde fuera. Pero me siento dentro.

Estaré por aquí. Silenciosa. Pero estaré por aquí.

Entre naufragos.

Naufrago. dijo...

Aunque no acostumbro a comentar en mi propio blog agradezco vuestros comentarios, la verdad es que los espero y son un enorme aliciente para seguir escribiendo.